Germanía, la Berlín ideada por Hitler  

Que Hitler es una de las figuras más importantes (si no la que más) del siglo XX es algo que nadie duda, aunque no sea para bien. De él nos quedan los recuerdos, documentos y lugares del horror.

Pero existe también otra parte, aunque algo menos conocida creo que todo el mundo ha oído hablar alguna vez de ella: Germanía, el diseño de ciudad ideada por Hitler y que transformaría la (a su parecer) sucia, gris e indigna ciudad de Berlín en una ciudad moderna, abierta y al nivel de una ciudad que pudiera ser la capital del imperio ansiado por los nazis.

Se trataría de un proyecto colosal, el cual fue encargado al arquitecto del reich Albert Speer , compuesto por otros proyectos menores que transformarían por completo la ciudad de Berlín, se llevaría a cabo en una superficie de unos 2.000 km^2 de extensión, aproximadamente un radio de unos 20 km incluyendo centro y metrópoli de Berlín, aunque la parte más conocida es la que cambiaría el centro de la ciudad.

Un estadio con capacidad para 400.000 personas, un arco de triunfo de 116 metros de altura, una gran avenida principal de 5.000 metros de largo por 120 de ancho, un gran museo que duplicaría en tamaño al Louvre, o el llamado “Volkshalle” un enorme edificio coronado por una cúpula que dejaría libre un espacio interior de 250 metros de diámetro, son de los proyectos más vistosos y conocidos dentro de este plan. Se desalojó a 52.000 personas para el derribo de sus casas y el posterior levantamiento de edificios en el espacio que estas ocupaban.

Todo el plan fue ideado en 1937, y fue llevado a cabo, al menos comenzado, con la construcción de la Cancillería del reich (arrasada posteriormente por los bombardeos aliados) , el estadio olímpico y se comenzó la construcción del arco de triunfo, pero todo esto tuvo que ser pospuesto por la necesidad de centrar la capacidad económica en la guerra que estallaría en 1939, y el proyecto nunca fue retomado, aunque siempre se ha comentado que cuando Berlín estaba siendo bombardeada Hitler veía esto como una ayuda, menos trabajo para él que tendría que demoler menos edificios (aunque esto nunca se sabrá si era cierto).

Volkshalle

Speer fue considerado en su época como un loco, llegando a mofarse de él y ser ridiculizado en dibujos por sus compañeros de profesión, y lo cierto es que a pesar de algunas soluciones dadas, que supusieron un avance técnico, habría sido bastante difícil, si no imposible, realizar proyectos como el del “Volkshalle” (una cúpula de tal tamaño se supone prácticamente imposible de realizar). Tras la guerra Speer fue condenado a 20 años de cárcel, murió en 1981.

En la actualidad solo queda en pié el estadio olímpico, con una capacidad actual de unas 74.000 personas, completamente reformado para el mundial de futbol de 2006.