La Hipocresía del momento
publicado por Brigo
No suelo expresar en este blog mis ideas, sentimientos o cabreos, solo lo he hecho una vez antes de este nuevo tema, pero es que si no lo digo reviento.
Acabo de llegar a casa, he estado viendo la procesión por excelencia de mi villa, la de la vera cruz, una procesión de la cual podemos presumir por ser la de tradición más antigua de toda España datadas ya en torno al año 1400 y algunos me dirán, “ya pero en mi pueblo/ciudad hay datos de que antes ya se celebraba… bla bla bla”. Evidentemente no hablo de las procesiones más antiguas (las cuales creo recordar que se encuentran en Zamora) si no las que la celebración actual se remonta más atrás en el tiempo, en pocas palabras: lo vivido hoy hacía 600 años que se celebraba de la misma manera, con la misma disciplina.
Dicha procesión carece (por suerte) del esplendor con el que se celebra en otras regiones este tipo de actos. Popularmente se le llama “la procesión de los pobres” debido a su austeridad, en la que:
“Los cofrades de todas las cofradías se despojan de sus capas para esta procesión, desfilando únicamente con sus hábitos. Todos ellos portan en su mano un farol de forja con una vela, sin distinción de cofradías. Todos los pasos son portados a hombros sobre unas simples andas de forja, sin luces, sin adornos, sin flores... Las bandas de las cofradías acompañan esta procesión únicamente con el toque de tambores destemplados. Impresiona el canto del Miserere, interpretado por los propios cofrades, en el silencio de la noche al llegar a
Este texto extraído de Semana Santa Medina refleja fielmente el espíritu de la misma. Hasta a mí, que no soy creyente ni religioso me llena el alma.
Estoy seguro de que conocerán la polémica montada en las últimas semanas por la decisión de algunas cofradías cordobesas de portar lazos blancos en sus trajes durante las procesiones en muestra de apoyo a una campaña de la iglesia en contra de una medida política del gobierno, acto que quisieron extender (sin apenas éxito hay que decir) al resto de cofradías de España, las cuales por lo general prefirieron no portar símbolo alguno que fuese ajeno a los propios de otros años para que no se pudiese confundir el procesionar de los cofrades con alguna manifestación política.
Sirve de poco o nada no portar símbolos cuando hablas. Resulta contradictorio decir y ordenar por un lado que no se muestre el apoyo a una causa durante una procesión cuando durante la misma recuerdas y pides a favor de dicha causa. Hace quedar a los asistentes con una duda, el saber si esto es fruto del desconocimiento de los organizadores de las palabras que un Señor Cura proferirá durante el momento destinado a pedir piedad por las almas de este mundo; o si en realidad todo esto trata de la hipocresía de los que mandan una cosa y dicen otra.
Pero sin lugar a dudas una cosa queda clara por encima de las demás: Fuera quien fuere, si no lo dice revienta.