La quema de Medina, 21 de Agosto de 1520
publicado por Brigo dentro de Historia
Nos situamos en el antiguo reino de Castilla, una pujante sociedad europea que se había situado a la cabeza de todos los reinos cristianos gracias en gran medida al fin de la reconquista que se había llevado acabo en iberia durante los últimos 750 años. Esto propició que Castilla, junto con los demás reinos de la península se encomendase a la misión de descubrir, conquistar y colonizar el recién descubierto continente. Además de la riqueza generada por los nuevos territorios hemos de contar, que debido a una suerte de matrimonios y herencias, el monarca español Carlos V se convirtio en una de las personas más importantes del planeta obteniendo así el control sobre los territorios del sacro imperio germano, países bajos, Nápoles, España y la nueva España.
Pero Carlos quiere ser emperador, y para ello decide que el reino de Castilla ha de abonar el importe del título, convoca en Valladolid unas cortes que le rechazan la petición, tras la negativa convoca otras en Santiago de Compostela y tras irregularidades como no dejar entrar a votar a varios regidores es aprobada la petición. Tras estos hechos y ante la imposición de los intereses personales a los del reino se subleva un grupo de castellanos en la imperial ciudad de Toledo.
La sublevación va avanzando hasta llegar a Segovia, dónde Fonseca (capitán general del reino) no se ve capaz de tomar la ciudad. Para ello se encamina a Medina, donde se guarda la mayor parte de la artillería.
Medina es en aquel periodo la villa más dinámica de todos sus reinos (favorita ya desde los tiempos de la reina Isabel, la cual murió en la villa), la más bulliciosa, una de las de mayor población y sin lugar a dudas la capital económica del reino.
Plaza mayor de medina, grabado del siglo XV
Martes, 21 de agosto de 1520 amanece en la villa. Los medinenses se despiertan al tiempo que un ejercito de 2.000 soldados de la tropa real al frente del cual esta el mismismo Fonseca pide la entrega inmediata de las piezas de artillería “so pena” de ser considerados traidores. Existen dos bandos claros dentro de la villa algunos caballeros y el corregidor aconsejan entregar las piezas, pero el pueblo en su inmensa mayoría se niega. Y se niegan por que saben que esas piezas serán utilizadas en contra de la ciudad hermana de Segovia. Ante la negativa y tras una espera de más de cuatro horas de consejo Fonseca decide que es hora de entrar en la por entonces amurallada villa a sangre y fuego dejando la villa arrasada casi en su totalidad.
Los medinenses lucharon y consiguieron que Segovia no fuese tomada, pero ¿a que precio? Entre 700 y 900 casas y casi todos los almacenes de mercancías para el comercio fueron arrasadas por el fuego de las tropas del rey.
Castillo de la Mota, donde se custodiaban las piezas de artillería (grabado siglo XIX)
Tras enterarse de la noticia Segovia dispuso:
“supimos lo que no quisiéramos saber y oímos lo que no quisiéramos oír; conviene a saber, que Antonio de Fonseca ha quemado toda esa muy leal villa de Medina, y también sabemos que no fue otra la ocasión de su quema, sino porque no quiso dar la artillería para destruir a Segovia. Dios Nuestro Señor nos sea testigo, que si quemaron de esa villa las casas, a nosotros abrasaron las entrañas, y que quisiéramos más perder las vidas, que no que se perdieran tantas haciendas. Pero tened, señores, por cierto que, pues Medina se perdió por Segovia, o de Segovia no quedará memoria, o Segovia vengará la su injuria a Medina. Hemos sido informados que peleaste contra Fonseca, no como mercaderes, sino como capitanes… …desde aquí decimos, y a la ley de cristianos juramos, y por esta escritura prometemos, que todos nosotros por cada uno de vosotros, ponemos las haciendas e aventuraremos las vidas, y lo que menos es de todos los vecinos de Medina libremente se aprovechen de los pinares de Segovia, cortando para hacer sus casas madera…. …si fuese necesario, nosotros enviaremos más gente al campo, y socorreremos con más dineros, porque gran poquedad sería de Segovia, y no pequeña afrenta a Medina, que no se llegase al cabo esta tan justa guerra…”
Y después de esto las ciudades villas y poblados que aún quedaban por sublevar lo hicieron. Todo ello forma parte de la que para muchos es la primera revolución moderna de la historia.
Plaza de Medina del Campo, en Segovia, Estatua dedicada al comunero Juan Bravo
Traidores los medinenses, quizás pero no a su pueblo.