Puente-Túnel de Oresund, Malmo (Suecia)  

El puente-túnel de Oresund es una de esas construcciones peculiares que, lejos de los detalles técnicos que lo hayan podido hacer más interesante aún de lo que pueda parecer, resalta por su simpleza en las formas y por su gran peculiaridad: Sale de Suecia como puente colgante y poco a poco va perdiendo altura hasta penetrar en el mar, terminando el resto del trayecto como túnel, bajo mar y tierra.

El puente-túnel sirve de única unión entre la península escandinava y el continente europeo en la parte oeste de la misma permite el paso tanto por carretera como a través de la línea de alta velocidad que alberga en segunda planta, que unido a sus casi 8 Km. de longitud lo convierten en el puente más largo de Europa de transporte combinado tren-carretera.

Dentro de sus características podemos destacar se eleva un máximo 70 m sobre el nivel del mar, alcanzando esta altura aproximadamente en la mitad del puente, parte en la cual podemos encontrar la parte realizada como puente colgante y en la cual hayamos también su pilar más alto (que supera los 200 m) permitiendo así crear un tramo de casi 500 m. de vano, convirtiéndolo en una de las mayores distancias salvadas por puentes de su estilo.

En la parte intermedia, sirviendo como intercambiador encontramos una isla artificial de 4 km de longitud, que permite introducirse bajo el nivel del mar y adquirir suficiente profundidad como para que sea posible el tránsito de barcos sobre la parte final, la cual se realiza mediante un túnel de unos 3,5 km salvando así la distancia final del recorrido (que finalmente queda en algo menos de 16 km) uniendo así la costa sueca y la danesa.

El proyecto surgió de la necesidad de un transporte terrestre entre los dos países, acordando en 1991 la realización del proyecto, que fue inaugurado en 1999 por los príncipes de ambos países.

La peculiar idea de unir en un mismo proyecto un puente y un túnel nace de la imposibilidad de realizar un puente, ya que este supondría un riesgo para los aviones que aterrizasen en el aeropuerto danés de Kastrup, situado muy próximo a la actual salida del túnel. Tampoco era viable la realización de un túnel que uniese ambas partes, ya que el coste del mismo habría sido demasiado elevado, por tanto se optó por una parte intermedia, dando lugar a esta peculiaridad.

En la actualidad existen lanzaderas que unen ambos lados en un tiempo de 10 minutos, y tráfico por la autopista tiene un coste (desde mi punto de vista) algo elevado, variando desde los 30€ hasta los 150€.